A pesar de ser conocidos desde hace más de 100 años, los mohos atmosféricos han sido infravalorados como aeroalérgenos en las pruebas de alergia. Se estima que existen más de un millón de especies de hongos diferentes, de las cuales aproximadamente 80 especies se han relacionado con la alergia respiratoria. Sin embargo, los estudios epidemiológicos han sugerido que la prevalencia de las alergias a los mohos es inferior al 3% en la población alérgica.
Los géneros de mohos que causan con mayor frecuencia alergia y problemas relacionados con esta son Alternaria alternate, Cladosporium herbarum, Aspergillus fumigatus y Penicillium. En el caso de las alergias pediátricas, las especies de Cladosporium (en el norte de Europa) y las especies de Alternaria (tanto en la región mediterránea como en Norteamérica) son las que tienen una mayor relevancia.
Aspectos clínicos de los mohos en las pruebas de alergia
Los mohos suelen proliferar en condiciones cálidas y húmedas y se propagan liberando esporas al aire. Las personas respiran las esporas del moho y su sistema inmunitario desencadena síntomas comunes de la alergia como estornudos, picor y lagrimeo de ojos, goteo nasal, congestión nasal o picor de nariz, boca y labios. Algunas personas pueden tener reacciones más intensas que podrían conducir al desarrollo y persistencia de infecciones en las vías respiratorias superiores e inferiores, así como a enfermedades alérgicas como el asma, asma grave y trastornos potencialmente mortales relacionados con el asma.
Variabilidad diagnóstica de los mohos en las pruebas de alergia
La alergia al moho suele diagnosticarse mediante síntomas clínicos, además de resultados positivos de IgE específica a especies de moho y/o pruebas de punción cutánea. La alergia al moho es difícil de diagnosticar por varias razones. En primer lugar, los mohos del ambiente exterior pueden no mostrar ninguna variabilidad estacional, lo que hace que el historial del paciente sea menos fiable en la clínica. En segundo lugar, una sola especie de hongo puede producir más de 40 proteínas diferentes que estimulan la producción de IgE; por consiguiente, distinguir los antígenos de moho clínicamente relevantes es problemático.
Por último, la estandarización de los extractos de moho es casi imposible, y esto conduce a la variabilidad en el laboratorio clínico; los extractos de moho tienden a tener una baja actividad alergénica y fluctúan considerablemente de un lote a otro. Sin embargo, el reciente desarrollo de ensayos mediante técnicas de clonación molecular ha permitido a las empresas crear un mejor panel de alérgenos recombinantes para el diagnóstico de la alergia al moho.
Si quieres consultar la lista de productos para NOVEOS® relacionados con hongos, no dudes en enviarnos un correo
Componentes de los alérgenos del moho
Alternaria es la especie de moho más conocida y mejor estudiada asociada a la alergia fúngica que encontramos en la bibliografía. Hasta la fecha, se han descubierto 16 alérgenos de Alternaria, muchos de los cuales son enzimas como la Alt a 4 (disulfuro isomerasa), la Alt a 6 (enolasa) y la Alt a MnSOD (Mn superóxido dismutasa). Otras tienen funciones estructurales y reguladoras (Alt a 5, Alt a 12, etc.). Por último, aún se desconoce la función de algunas proteínas alergénicas, por ejemplo, Alt a 1, Alt a 2, etc. Para otros mohos, también se han definido muchas proteínas alergénicas potentes. Por ejemplo, en el caso de Aspergillus, la mayoría de los alérgenos son proteasas, como Asp f 5, Asp f 10, Asp f 13, Asp f 15 y Asp f 18.
Controlar los mohos para reducir las alergias
El control del crecimiento del moho puede realizarse controlando las condiciones de humedad. Dicha humedad debe estar entre el 30% y el 50% durante el mayor tiempo posible, lo cual se puede lograr utilizando aire acondicionado o deshumidificadores. Hay que tener en cuenta que los niveles de humedad y la temperatura del aire cambian a lo largo del día, por lo que es necesario comprobarlos más de una vez al día. Lo ideal es ventilar suficiente y utilizar extractores en cocina y baños para evitar el moho. Además, es importante evitar goteras o fugas de agua en techos, paredes o tuberías para que el moho no tenga humedad para crecer.
Como se ha mencionado al principio, los mohos atmosféricos han sido infravalorados como aeroalérgenos en las pruebas de alergia. Sin embargo, con los progresos en la producción de los alérgenos del moho y las pruebas de diagnóstico, la detección de mohos puede convertirse en un área clave que mejorará las pruebas de alérgenos inhalatorios.
Pruebas disponibles en NOVEOS a partir de agosto de 2021:
Extracto de alérgeno entero:
M001 Penicillium notatum*
M002 Cladosporium herbarum*
M003 Aspergillus fumigatus
M005 Candida albicans*
M006 Alternaria alternata
M008 Setomelanomma rostrata*
M012 Aureobasidium pullulans*
M207 Aspergillus niger
* Menú en desarrollo
Componente de alérgeno:
M229 rAlt a 1, Alternaria